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martes, 17 de enero de 2012

los medios deben difundir sólo lo que el Gobierno decide? es la pregunta de LTD cuando comenta la fracasada reunión de Evo con los partidos. Evo exhibió mal humor


Para evitar un “show político”, el Presidente del Estado decidió que, una vez escuchado su mensaje de bienvenida a los delegados de los partidos políticos convocados por él para reflexionar sobre las resoluciones de la Cumbre Plurinacional, los medios dejen de cubrir la cita, decisión que provocó el retiro de las tres fuerzas políticas más importantes: Unidad Nacional, el Movimiento Sin Miedo y el Movimiento Nacionalista Revolucionario.
Obviamente este retiro molestó al Primer Mandatario, quien no dudó en expresar su arrepentimiento por haber hecho esta invitación, sin considerar que varios jefes de los otros partidos se quedaron en sala (una buena mayoría afín al MAS y al Gobierno) y participaron de una sesión en la que, de acuerdo a una declaración de uno de ellos, debatieron “política e ideológicamente”, extremo que seguramente molestó a un viceministro, quien en tono de denuncia dijo, previamente, que los partidos pretendían hacer política con esta invitación.
Se ha señalado recurrentemente que el mal humor no es un buen consejero. De lo que se ha reseñado quedan en el aire muchas reflexiones. Si algo se pide desesperadamente a los partidos es que hagan política y no encuestas ni negocios... y se hace esta demanda desde hace mucho tiempo, pues al no hacer política se han desnaturalizado llevando al proceso abierto en 1982 a una crisis terminal si no era la intervención ciudadana que ha apostado, y al parecer para el largo plazo, a la democracia.
La decisión de que los medios no cubran la frustrada Cumbre, también deja una importante pregunta, que hace el meollo de nuestra defensa de la libertad de expresión e información: ¿sólo debemos difundir lo que el poder central decida?

jueves, 12 de enero de 2012

periodista singular de formación cristiana y humanista Alfonso Prudencio ha sabido mantener el humor y la calidad en más de 50 años de vida profesional


 

 

Dimensión humana de Paulovich

Mauricio Aira

Será difícil olvidar la Columna de Perfil de Alfonso Prudencio que se ha publicado durante más de medio siglo. Sus personajes típicos, únicos que le dieron vida a los textos y a los que nos tuvo acostumbrados, así como los escenarios tanto en La Paz, Cochabamba, El Alto en cada uno con sus propios protagonistas. Lo recordaremos para siempre jamás por el valor que tuvo de decir las cosas más serias, más duras aunque en un lenguaje humorístico que nunca llegó a la ofensa, pero sí invitó a la reflexión, al arrepentimiento, a la enmienda. Qué gobernante de presidentes para abajo, no se honró de tenerlo a la mesa y de gustar de sus bromas, siempre cargadas de humor y de la alegría cristiana que respiró a cada instante.

Acude a la memoria nuestro primer encuentro en la casa de Acción Católica, la vieja Nunciatura de Sopocachi en cuyo sótano funcionaba Presencia, entonces modesto semanario, al que Paulo se incorporó no bien llegado de España, recién casado que tenía por vivienda dicha “mansión” en que fuimos hospedados los “jecistas” líderes de la Juventud Estudiantil Católica de todo el país y donde compartimos con Paulo y Pilar “el pan nuestro de cada día”, que con solicitud fraternal servían a nuestra mesa. Paulo apenas empezaba a ser conocido, lo fue más al convertirse Presencia en diario de la mañana y con el andar del tiempo en uno de los más importantes del país comandado por el inolvidables Huáscar Cajías, maestro de honestidad y valentía para llamar a las cosas por su nombre.

Además de escribir su columna Paulo era el principal animador del diario católico, por temporadas compartió la jefatura de redacción con Jaime Humérez, Carlos Andrade, Alberto Bailey, Juan Quiroz, incursionó en política junto a Remo D`Natale, Benjamín Miguel, Luis Ossio y fue elegido diputado, y diplomático aunque por cortos períodos, donde sí permaneció más tiempo en los Cursillos de Cristiandad primero como “rollista” y luego como “rector”.

Ocurrió en Mallorca por los años de la postguerra que los cursillos surgieron como un vigoroso movimiento espiritual dentro del catolicismo. El obispo Bonnín quedó impresionado de los resultados de la práctica y los promovió en persona cobrando notoriedad en poco tiempo, nada extraño entonces que la pareja Prudencio resultada incorporada a los cursillos que poco tiempo después eran transplantados a Bolivia para cristianizar los ambientes, reclutando primero a la dirigencia católica militante, luego a profesionales, políticos, policías y militares confiriéndole sin temor a equivocarme un “aggiornamento” fresco a la espiritualidad boliviana. Armando Gutiérrez apoyó tanto el emprendimiento de Presencia, como de los Cursillos de Cristiandad, pronto teníamos inspirados “rollistas” conferencista como Cabrerizo, Rojas Tardío, Bracamonte, Bustamante, Gregoriú que a su vez organizaron nuevos grupos que se fueron extendiendo por toda Bolivia. La tarea de conversión, captura de los corazones, inspiración del Espíritu Santo y dotar a los concurrentes de la voluntad de servicio al próximo y la Iglesia cobraba fuerza y fueron los esposos Prudencio Claure que se prodigaban ahora en ambientes juveniles, laborales y llegaron a las minas, en Siglo XX tuve ocasión de participar de ellos por vez primera siendo rector Jorge Rojas Tardío y rollistas Alfonso, Eduardo Bracamonte, Velazco y Alarcón.


El método sicopedagógico estaba dando resultados positivos. Varios colabores del Presidente Barrientos, para nombrar un ámbito, como el malogrado Marcelo Galindo, Juan Ayoroa y otros se contaban entre los militantes “de colores” quiere decir en estado de gracia, amistad con Dios para afrontar los retos por la vida y las responsabilidades de Gobierno bajo la visión del catolicismo.

Como actividad post cursillo se presentó “la ultreya” del salir extra o especial, reunión destinada a la integración de los diversos grupos de cursillistas y ponerlos a realizar actividades comunes con testimonios personales y de abierta crítica a los conferenciantes, con una honestidad y sinceridad poco comunes en la vida de la Acción Católica y menos de las organizaciones eclesiásticas, algo así como el sinceramiento de una nueva forma de predicar el Evangelio y de difundir el enjundioso contenido de la vida sacramental. Allí en primera fila, como fundadores del movimiento en Bolivia estuvieron presentes Pilar y Paulo en forma ejemplar, reuniones que transcurrían entre laicos, casi sin sacerdotes, aunque casi siempre terminaban en una Eucaristía animada por ruidosos cánticos de fervorosos creyentes. No siempre en el mismo ámbito que los templos.

Hacer un recuento de los muchos católicos que estaban alejados de Dios y de su Iglesia y que volvieron al redil con verdadera piedad apostólica, sería muy difícil, lo que sí cabe afirmar es que esta dimensión humana y cristiana de Alfonso Prudencio (alias Paulovich) le da pleno sentido a su vocación periodista, habiendo logrado increíbles resultado que no se perciben a simple vista, pero que están ahí como fruto de su integridad, de su personalidad, de su bonhomía.

 

 

 

 

 

miércoles, 11 de enero de 2012

se refiere Marcelo al Dr. Rosas y a Melgarejo que en su momento acumularon todo el poder. el primero en Argentina que además fue ratificado como tal "por el voto popular", sanguinario, asesino, no dudó en asumir La Suma del Poder...como otros que hoy lo intentan


En 1835, el general argentino Juan Manuel de Rosas fue investido con la suma del poder político que le fuera otorgado por la legislatura. Esto incluía la facultad irrestricta de ejercer los tres poderes del Estado –según se dijo– para “conservar, defender y proteger la religión católica” y para “sostener la causa nacional de la federación”. Lo curioso es que ese poder fue ratificado en comicios populares, con 9.713 votos a favor y siete en contra, consolidando en el mando de la nación al que iba a ser uno de los tiranos más temidos en Hispanoamérica, hasta su caída en, 1852.
La suma del poder político, que se concentra en una persona, aún está vigente. Con frecuencia esto se esconde tras circunstanciales mayorías y con leyes que consagran esta anomalía de la democracia. Desde Rosas en Argentina y Melgarejo en Bolivia, los tiempos han cambiado, pero no los métodos. Se sigue justificando la suma del poder–hay que repetirlo– por un supuesto consenso ciudadano que acepta el sometimiento del pueblo a la voluntad caprichosa del caudillo. Y así, nace otra figura execrable: la del culto a la personalidad, la del ‘jefe’, atribuyéndole todas las virtudes y justificando todos sus yerros.
Pero muchos somos impenitentes optimistas y audaces en el empeño de que vuelva la sensatez. Creemos que, pasadas las fiestas de fin de año, que siempre despiertan esperanzas, llega el tiempo propicio para la reflexión y para actuar con realismo. Los buenos deseos que compartimos requieren, para que se cumplan, de condiciones favorables y de un propósito de enmienda.
Que se produzca esa rectificación depende de la conducta que sigan en adelante los que ahora tienen en sus manos ese amplio poder de decisión, es decir, una renovada suma del poder político a través de una sólida mayoría oficial en el Parlamento, de la paulatina captura de las gobernaciones, del predominio abrumador en los organismos de control público, de la subordinación total de los organismos armados y, finalmente, de una peculiar administración de justicia recién conformada. Estos son los elementos de esa suma del poder.
Habrá que tomar conciencia de lo errada que es la justificación de que el mando político irrestricto es indispensable para transformar las estructuras del Estado; que, sin el poder omnímodo, correría riesgos el manido ‘proceso de cambio’ para llevar adelante una curiosa revolución llamada cultural; que la torpeza y arbitrariedad son parte de un plan de ‘descolonización’ que, en realidad, solo nos está aislando de la sociedad internacional que –quiérase o no– está globalizada; que todo esto nos está llevando a tomar partido en favor de dictaduras teocráticas, como la de los ayatolás iraníes, y de las otras que están urdiendo eternizarse en el poder, y que ya han conseguido, como Hugo Chávez, esa ominosa suma del poder que se empeña en reditar.
No son muchas las medidas para devolver la sensatez y la confianza: el abandono de la soberbia que se manifiesta en la imposición y dejar la creencia de que quienes señalan errores y proponen caminos políticos distintos son enemigos del pueblo. Es más: hay que aceptar que el poder eterno es una quimera y que “la alternancia fecunda el suelo de la democracia”, ya que esta –la democracia– “es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, excepto todos los demás” (Winston L. S. Churchill).
Si se comprendiera parte de lo que se requiere para asegurar a libertad, no habría más ‘iluminados’ y el futuro sería prometedor.
Pero, ¿no será todo esto pedir peras al olmo?

* Abogado y diplomático