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miércoles, 21 de septiembre de 2011

genial padre Gramunt que imagina la tesis "original presentada por un originario" para doctorarse en ciencias políticas. populismo, autoritarismo demagógico, continuismo, gerencia de megaempresas...

Aunque la maquinaria mediática gubernamental no ha facilitado el texto de la tesis doctoral que el presidente Evo, supuestamente, desarrolló en la Universidad de La Habana al recibir la toga y el birrete de Doctor Honoris Causa, imagino que esa lección magistral -si es que existió- será, a no dudarlo, un referente para los historiadores del agonizante socialismo del siglo XXI. Quiero imaginar que los hechos políticos, que ha acumulado el Señor Presidente, pueden resumirse en unas cuantas ideas, repetidas por el propio mandatario en sus años de lucha por alcanzar el poder y durante el ejercicio de este mismo. Me permitiré citar algunas supuestas ideas contenidas en esa imaginaria tesis doctoral.

Ante todo, exaltará la lucha de los pueblos por su liberación de los opresores imperialistas. Condenará el neoliberalismo, el colonialismo y el capitalismo salvaje, frente a los que propondrá el socialismo cuyo modelo es Cuba. Insistirá en el cambio efectuado en Bolivia, devolviendo a los pueblos originarios su dignidad y abriéndoles su acceso a todos los espacios de poder a los que tienen derecho por razones milenarias. No habrá dejado pasar la ocasión para justificar su antinorteamericanismo por ser éste la causa de todos los males que sufre Bolivia, así como también, otros países del mundo. Ésta es una nueva lucha que repite la historia de David peleando contra Goliat, pero en gran magnitud entre los pueblos. En este caso, peleando contra un Goliat que pretende liquidar físicamente al Presidente indígena boliviano, sea por medio de sicarios terroristas pagados por el imperio, o derrocarlo por medio de una campaña de difamación sobre supuestos vínculos con el narcotráfico. Y ya que he tocado esta cuestión candente, el nuevo doctor deberá exigir que los Estados Unidos asuma una parte sustancial en la lucha contra la droga ya que es uno de los países consumidores, y no cargue todo el peso de la lucha sobre las espaldas de Bolivia.

También es legítimo pensar que se habrá referido a las multinacionales explotadoras de los recursos naturales. Megaempresas a las que hay que nacionalizar para que sirvan al país y no para engordar fortunas astronómicas en el exterior, particularmente, en los Estados Unidos.

Seguiré con otros temas en los que Don Evo insiste sin descanso. Me refiero al eslogan de “gobernar obedeciendo” a la voluntad popular. Populismo, con el que se ganan elecciones, una tras otra, gracias a promesas deslumbrantes. A pesar de que, el populismo, visto desde el ángulo opuesto, lo entendemos como autoritarismo demagógico cuya especialidad es proponer soluciones míticas que no han funcionado en ningún lado. Y supuesto que Don Evo nunca ha ocultado sus deseos de prolongarse en el poder por medio de elecciones sucesivas, no es imposible que justifique la necesidad del continuismo.

Es legítimo imaginar que en la tesis del Doctor Morales tendrá que figurar, explícita o indicativamente, que el poder del jefe no admite las limitaciones que pudiesen interponerle, sea desde la Asamblea Legislativa Plurinacional, sea desde el Órgano Judicial. Por eso, ambos poderes, deberán estar sometidos a la voluntad unívoca del Jefe de Estado. Don Evo entiende así la revolución y el cambio “plurinacional socialista”. Sería pues lógico que hubiese mantenido sus convicciones ante el claustro universitario de La Habana que le otorgó las borlas de doctor. Hasta aquí, un ensayo sobre lo que el nuevo Doctor Honoris Causa pudo decir en la Universidad de La Habana. Si me equivoqué, me retracto.

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