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sábado, 11 de febrero de 2012

Rojas Burgoa periodista y docente nos entrega su testimonio sobre la vida y vocación de Marcelino Navia de 76 años que le dedicó a la radio 60 años de su existencia

Fue director de radio, relator deportivo, periodista, locutor de noticias, presentador de shows artísticos, y además de la radio trabajó como regente de la escuela. Le decían el tío Machelo. Se paseó por radio Chichas, Ánimas, Telamayu, Tasna, en la Empresa Minera Quechisla, deleitando con su voz y sus ocurrencias como locutor creativo e imaginativo para aquel tiempo.
Se trata de Marcelino Navia Reynaga, nació en el distrito minero de Japo (Negro Pabellón), en la provincia Pantaleón Dalence en el departamento de Oruro en el año 1936, su padre cliceño, conocedor de la minería, trabajó en diferentes distritos mineros del país —y que aunque Marcelino había vivido en Oruro— se fue a radicar con sus padres en Siglo XX, en el Norte de Potosí.
En Siglo XX, Marcelino estudió en la Escuela Mixta Primero de Mayo, donde ganó un concurso de lectura por tener una voz muy dúctil que —desde muy joven— le permitió acceder a Radio Sucre, la primera emisora minera que funcionó mucho antes que Radio Pío XII o la misma Voz del Minero.
A su retorno a Oruro tuvo la satisfacción de trabajar en Radio Mercurio y después ya con una buena experiencia contribuyó al nacimiento de Radio Túpaj Katari, la Voz Revolucionaria de Oruro. Esa fue su carta de presentación para recibir ofertas de las radios mineras del Consejo Central Sud, a través de la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia y la Corporación Minera de Bolivia que habían hecho el esfuerzo de implementar radios en diferentes distritos mineros del país.
Llegó a Radio Chichas de Siete Suyos hacia finales de la década de los años 50 —su inicial trabajo en el Grupo Quechisla—, donde contribuyó en la formación de locutores y operadores del distrito minero. Trabajó después en radio Ánimas, la “Voz del Minero Revolucionario”, luego en Radio Telamayu, Radio Bismuto de Tasna, donde le halló el gusto de estar junto con los trabajadores mineros y sus organizaciones sindicales.
Don Marcelino Navia Reynaga vivió los avatares de la dictadura militar en la década de los años 60 y 70. Fue testigo de violentos enfrentamientos entre los mineros y las unidades militares del Regimiento Loa de Uyuni y Regimiento Chichas de Tupiza.
Junto a los dirigentes sindicales del Consejo Central Sud, fue objeto de apresamiento y exilio hacia la Argentina en el gobierno del general René Barrientos Ortuño, el año 1965, perdiendo toda vinculación con su familia.
Graciosamente Navia señala haber recibido una “beca del general Barrientos” porque logró titularse como Locutor en el Instituto de Educación Radiofónica a través de un curso de profesionalización, además de incursionar en Radio Mitre y Radio Atlántida del Mar del Plata. Después del exilio que duró más o menos dos años, volvió clandestinamente al país por el fallecimiento de su padre y, desde esta ocasión, se quedó a vivir y trabajar en Oruro.
Radio Bolivia, de los sacerdotes Oblatos de María Inmaculada (OMI) —transferida después a la Federación Única de Trabajadores Campesinos de Oruro—, fue el espacio en el que el tío Machelo contribuyó con su experiencia en la realización del Festival de la Canción Boliviana junto a Omar Tórrez y Mario Lizarazu, y que bajo la consigna de “Así canta Bolivia” su voz le daba una identidad propia al festival.
Por el Festival de la Canción Boliviana pasaron solistas, dúos, tríos y conjuntos como Los Kjarkas —“eran jovencitos”, recuerda don Marcelino—, lo mismo que Zulma Yugar, los Montoneros de Méndez de Tarija junto a Nilo Soruco que ganaron el Festival en la categoría de conjuntos con la canción “Tantas idas y venidas”. Muchos artistas han sabido iniciarse y abrirse el camino al éxito, señala el tío Machelo.
En Cochabamba también encontró espacio de trabajo, permaneciendo un promedio de 37 años. Trabajó en radio Cosmos por invitación de don Laureano Rojas para darle también un sello en el Festival Lauro de la Canción, con esa voz invariable e inconfundible para quienes ya la habían escuchado en Oruro o en los centros mineros.
Al final de sus años trabajó en Radio Centro como coordinador del Departamento de Prensa hasta octubre de 2011. Pasó 60 años trabajando frente al micrófono y la máquina de escribir, siendo director, locutor, jefe de redacción, presentador de festivales folklóricos. Murió el lunes 30 de enero de 2012 a los 76 años de una larga vida dedicada a los medios de comunicación. Nuestra admiración y respeto por todo su trabajo y su aporte en el país.
 
El autor es periodista y docente universitario

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