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viernes, 12 de agosto de 2011

apareció un candidato fantasma. un simple mensajero cuya foto figura en la kilométrica papeleta quizá por "error" que nadie reconoce, ja, ja, ja!

El tango “Siglo XX”, el que dice que “da lo mismo un burro que un gran profesor”, se ha quedado corto frente a lo que está sucediendo con el proceso “histórico”, “inédito” y “excepcional” de elección por voto directo de las autoridades del poder judicial, sistema que solo a Bolivia podría habérsele ocurrido desde que los griegos comenzaron a hablar de democracia hace 2.300 años. Resulta que acaba de aparecer un candidato fantasma, que no solo fue capaz de burlar el sistema de admisión de postulantes, sino que también fue incluido entre los depurados. Se trata de Víctor Adolfo Quiñajo Paredes, un simple mensajero que acudió a la Asamblea Legislativa a registrar a Wilber Choque Cruz, el verdadero interesado en convertirse en magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. Ahora todos se lavan las manos y dice que la culpa de todo la tiene el o la secretaria que tuvo a su cargo la recepción de los documentos. ¿Quién revisó? ¿Quién supervisó? ¿Quién verificó? En Bolivia estamos acostumbrados al “masomenismo”, al “yo le meto nomás” y obviamente los resultados están a la vista. Votar por un fantasma sería la mejor opción para rechazar este zafarrancho.

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