"Es inimaginable que una prolongada crisis de lento crecimiento en el norte desarrollado no tenga repercusiones, más tarde o temprano, en el resto del mundo, y particularmente en nuestros países", afirmó el secretario iberoamericano, Enrique Iglesias.
España y Portugal llegan a esta cita anual sumidos en la profunda crisis de deuda que golpea la Eurozona, mientras sus ex colonias están en crecimiento, sostenidas por la demanda mundial de alimentos y materias primas, principalmente.
"América Latina está pasando por un muy buen momento. La Cumbre puede servir para reforzar las relaciones entre los países", sostuvo el jefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a su llegada a Asunción.
Zapatero asiste a la última de estas reuniones antes de entregar el poder al vencedor de las elecciones del 20 de noviembre, en las que los conservadores son amplios favoritos.
La reunión, que tiene como tema dominante "la transformación del Estado y el desarrollo", se lleva a cabo sin la presencia récord de diez de los mandatarios invitados.
Las tres presidentas de los países del foro (Argentina, Brasil y Costa Rica), además de los mandatarios de Colombia, Cuba, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela, se excusaron de asistir.
Las ausencias han sido el asunto más comentado por la prensa, incluso más que el tema central de la cita, y obligaron a las autoridades paraguayas a justificar la alta deserción ante los ataques de la oposición interna, que culpan del descalabro a la política exterior del presidente Fernando Lugo.
"Asistimos a una sucesión de cumbres, tantas que parece una cordillera", dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, según declaraciones destacadas por la prensa paraguaya antes de su arribo a Asunción.
Sobre la XXI Cumbre Iberoamericana también planean los potenciales efectos de la crisis en América Latina, que empieza a sentir la desaceleración económica tras casi una década de crecimiento sostenido.
"Si los precios de las materias primas bajan debido a la crisis en Europa y la demanda en países como China baja, esto tendría un impacto económico importante en la región", dijo la vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina, Pamela Cox.
Entretanto, los cancilleres ajustaban la declaración final del encuentro, sin que de momento exista un tema particularmente espinoso que rompa el consenso.
El texto contiene como "premisas fundamentales la necesidad de redefinir el modelo de Estado desde un enfoque de desarrollo donde el centro sea el ser humano", dijo el canciller paraguayo, Jorge Lara.
Asimismo, la participación ciudadana, la rendición de cuentas, la protección social en general y en tiempos de crisis y la reducción de la brecha tecnológica, agregó.
Además se han incluido "demandas históricas" como el fin del "injusto bloqueo" de Estados Unidos a Cuba, la disputa entre Argentina y Gran Bretaña por las Islas Malvinas, y un proyecto ambiental ecuatoriano para dejar sin explotar parte de su petróleo a cambio de una compensación internacional.
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