Por ello me tomo la libertad de advertirle acerca de la extrañeza y preocupación producida en casi todos los países, por esa rara omisión de quien como Ud. Sr. Presidente, puede considerarse un auténtico líder mundial capaz de poner en vereda, en cualquier escenario internacional, a neoliberales, derechistas, religiosos y al propio Imperio, amén de organismos como O.N.U., O.E.A., C.E. ,OTAN y si es necesario a la misma NASA.
Hay que comprender que la preocupación ha sido mayor ante la falta de ayuda de nuestro país a la estoica y sangrante lucha del Cnl. Gadaffi por mantenerse sacrificadamente en el Poder después de 44 años, cuando todos esperaban y era muy fácil para el Gobierno Plurinacional el envío de siquiera un destacamento de los ponchos rojos que rápidamente hubieran puesto en orden a los opositores del Cnel. Gadaffi, entrenados como están en agraviar, ultrajar y hacer la vida imposible a sus paisanos en la ciudad de La Paz.
Es también cierto que se culpa del descuido a esos ilustrados colaboradores que tiene Ud. Sr. Presidente, quienes no le recordaron oportunamente su obligación con el amigo y hermano en ideales, que Ud. avisó que lo era de mucho tiempo atrás.
Queda todavía como incógnita que el gobierno del Estado Plurinacional no tomara en cuenta los variados motivos de acercamiento entre los dos gobernantes, los que fuera del parecido en los topónimos de sus países, Bolivia y Libia, se pueden expresar en las siguientes razones. Primera, el extraordinario volumen de intercambio comercial entre los dos países que Ud. descubrió Sr. Presidente y que anunció iba a ser incrementado. Segunda, el Cnl.Gadaffi sustituyó la bandera de su país hace cuatro décadas; Ud. también pero recientemente. Tercera, el Cnl. Gadaffi gastó fortunas en numerosos e inútiles viajes al exterior, casi lo mismo que Ud. Sr. Presidente. Cuarta, el Cnl. Gadaffi no toleró en cuarenta años a nadie que tuviera pensamiento diferente al suyo, Ud. tampoco Sr. Presidente aunque en un periodo más corto. Quinta, el Cnl. Gadaffi murió pretendiendo un gobierno totalitario vitalicio, a diferencia de Ud. Sr. Presidente que todavía vive
Lo que más inquieta ahora es el enfado que su silencio e inacción pudieran provocar tanto en su mentor y amigo, el Comandante Chavez en Venezuela, como en su abuelito sabio allá en Cuba, porque ellos en su oportunidad se pronunciaron a favor de Gadaffi y contra el Imperio, esperando, como es costumbre, que Ud. les hiciera eco.
Por ello le recuerdo Sr. Presidente que es importante en estos momentos emitir un pronunciamiento oficial de apoyo y solidaridad a quien fuera el Cnl. Gadaffi, acaso en forma de Decreto Supremo al mejor estilo de Voto Resolutivo Sindical que es el que más utiliza Ud. No se olvide añadir nuestro repudio al Imperio Americano que, como siempre, es el único responsable de lo que pasa.
Proceda Sr. Presidente y como es costumbre suya, y de acuerdo al derecho que le otorga el resultado de las últimas elecciones judiciales del 16 de octubre, hágalo en nombre de Bolivia, aunque a una gran mayoría de los bolivianos le importe un rábano conocer en qué lugar del mapamundi se encuentre Libia y mucho menos quiera saber quien es el mentado Cnl. Gadaffi.
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