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martes, 8 de noviembre de 2011

Ramiro Beltrán honoris causa de San Simón, merecida distinción a un periodista de muchos kilates. Annalisse Revollo en la crónica. OPINION

Luis Ramiro Beltrán es periodista, comunicador y escritor. Evitando hacer comparaciones del trabajo periodístico de “antes” y el de “ahora”, considera que la ética periodística es cuestionada. Sentado al lado de su esposa, Nora Olaya, Beltrán accedió a conversar con OPINIÓN mientras aguardaba que comience el acto de condecoración en el que recibió el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

Cuidadoso de la hora, advierte que en poco comenzará el acto y mientras su inseparable compañera Nora acomoda sus cosas, él habla de lo que sabe. 

“Como en casi todos los países, la ética periodística está en cierto cuestionamiento (...) Yo he estado en este campo dos años. Me nombraron Defensor del Lector”, dice Beltrán, recordando que escribía una columna cada 15 días y que visitaba los periódicos frecuentemente para tratar de mejorar la ética “porque hay descuido”, aunque no mala intención, según su percepción.

“No todos pecan por igual. Algunos nunca pecan, otros pecan mucho… Lo único que pasa es que hace muy poco que existen tribunales de ética. El más amplio es el de la Asociación de Periodistas de La Paz, tiene el tribunal y lo preside Alberto Bailey. Antes de eso, la única diferencia era que no había esos tribunales amplios para todo el sistema de prensa”, explica el comunicador, refiriéndose principalmente a la prensa escrita. Considera que en los otros medios de difusión como la radio y la televisión hay “poca preocupación” por este tema.

Destaca que las distintas agrupaciones periodísticas tienen códigos de ética propios y que la Ley de Imprenta, aunque antigua, está vigente.

“Pero, la ética todavía no es perfecta. Yo trabajé dos años, critiqué y me dediqué yendo periódico por periódico a conversar con jefes, subjefes y rasos, para mejorar. Hay conciencia de que eso no está perfecto”, expresa Beltrán, lamentando que Juan Javier Zeballos, fallecido hace poco, fue el tercer Defensor del Lector y que desde entonces ya no hubo otro. El cargo está acéfalo.

Pese a esos cuestionamientos, los medios siguen considerándose el cuarto poder, así lo hace notar Beltrán.

“Los políticos se han desorganizado, viven peleando entre ellos. El poder político ya no tiene el dominio que tenía antes y el poder económico tampoco tiene igual potencial”, explica destacando la importancia del desempeño de los medios de comunicación.

Para Beltrán, también es de cuestionar el hecho de que los periodistas “tienen a veces hasta poder político” y que eso deriva en críticas hacia esta labor.

“Mientras en el ejercicio del periodismo, aunque sean simpatizantes o militantes de algún partido, no ejerzan militancia, me parece que tienen como cualquier ciudadano derecho. Pero, que usen su medio de prensa para favorecer a equis o zeta intereses personales, políticos, económicos, eso es punible por ley y por moral”, concluye Beltrán.

La crónica de la vida de sus padres en la Guerra del Chaco

Los padres de Luis Ramiro Beltrán eran periodistas y desde hace años él viene trabajando una crónica sobre la vida de sus progenitores durante la Guerra del Chaco. En esa contienda murió su padre, Luis Humberto Beltrán, cuando él tenía tres años de edad.

Su madre, Bethsabé Salmón fue una de las tres fundadoras de la primera revista femenina de Bolivia, Feminiflor.

“Así que dicen que yo traigo la tinta de imprenta en las venas (...) El libro del Chaco, el libro de mis padres en la Guerra del Chaco, ésa es la que me interesa, quiero cumplir con mis padres. Si sobrevivo y hago eso estoy ya dichoso”, asegura.

Tiene dos novelas pendientes para su publicación

Luis Ramiro Beltrán afirma que si “le quedan fuerzas” publicará dos novelas más. Están escritas en tarjetas, es un material todavía rústico como él dice.

Una se llama “La Rota Porota” y se refiere a una joven prostituta, que era famosa en Oruro.

“Era una mujer muy simpática, una excelente persona”, describe adelantando parte de su novela.

La otra publicación pendiente sería la que ha titulado “La Casa Para Quemar”. En esta novela, el escritor describe a bomberos que llegaron de Chile y Yugoslavia que entrenaban a bolivianos. Beltrán cuenta que esos bomberos “tenían tanta plata” que armaban toda una casa para utilizar los carros bomberos con el fin de evitar que se oxiden por falta de uso. Luego de quemar la casa, hacían una fiesta con bebida y comida.

“Ésos son mis dos antojos”, dice el escritor.

83 Premio Mundial MacLuhan

Luis Ramiro Beltrán fue ganador de distinciones a nivel nacional e internacional. En 1983, Beltrán ganó la primera entrega del Premio Mundial de Comunicación Marshal McLuhan, una distinción canadiense.

Comunicador para el desarrollo

Según se describe en su biografía, Luis Ramiro Beltrán se inició en comunicación educativa para el desarrollo en Bolivia en el ámbito agrícola a fines de 1953. Sobresalió en su profesión en el exterior a lo largo de algo más de treinta años de servicios. A partir de 1955 trabajó en organismos técnicos internacionales.

Aporte educativo para el país

En abril de 1991, al jubilarse de la UNESCO, Luis Ramiro Beltrán fue el fundador y primer director del Proyecto de Reforma Educativa con apoyo del Banco Mundial Desde 1992 hasta 2004 fue catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Johns Hopkins.

Presidente de la Corte Electoral

En agosto de 2001, fue elegido presidente de la Corte Nacional Electoral por votación de dos tercios del Congreso Nacional de Bolivia. Cumplió su labor con excelencia y recibió felicitaciones de la OEA y de otras misiones internacionales de observación. El 2002, renunció al cargo antes de las elecciones generales.

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