Hace pocos días se ha conmemorado el Día de la Libertad de Prensa y con este motivo organismos internacionales y nacionales expresaron su respeto, solidaridad y reconocimiento a los periodistas. No se ha dejado pasar la oportunidad para el recuento cada vez más tenebroso de decenas de periodistas que mueren en el ejercicio de su profesión, lo que explica el peligro que representa el ser periodista en un mundo donde el crimen organizado sigue ganando la batalla a la ley, donde las guerras y otros conflictos armados son parte de estructuras políticas y económicas que lucran con el dolor de la gente y donde gobiernos déspotas no llegan aún a comprender el trabajo de los periodistas porque no les conviene a sus intereses.
Todos sabemos que la libertad de prensa es un proceso que está signado por una lucha que parecer no terminar nunca, y como se ha dicho esta libertad como las otras se la gana día a día. La libertad de prensa es un derecho que no solo corresponde a los periodistas, es un derecho de todos los seres humanos. En la historia de la humanidad la libertad de prensa ha sido permanentemente reprimida o restringida. Es reprimida de manera directa mediante el estado policíaco y también mediante la compra de conciencias y con la prebenda que casi siempre busca la manipulación de los hechos noticiosos y la tergiversación de los acontecimientos.
En el plano político lo que hay que convenir en líneas generales es que los gobiernos por muy democráticos que sean, siempre poseen tentaciones para presentar sus verdades de manera unidireccional. La real garantía, sin embargo, para el ejercicio de la libertad de prensa, tal como han recordado las organizaciones de prensa es el ejercicio del sistema democrático. La libertad de prensa está íntimamente relacionada con las libertades universales, con los derechos humanos y con un sistema de gobierno que bordea de garantías esas libertades y que no es otro que un sistema democrático.
Lo contrario de la libertad de prensa se encuentra en los totalitarismos donde la estructura de la comunicación habla con una sola voz, la del régimen y donde los instrumentos de socialización se convierten en instrumentos de propaganda. Es un mundo cerrado que censura y se ofusca con los mensajes del mundo externo.
Hoy se habla mucho sobre la libertad de prensa y el trabajo de los periodistas, lo que significa que la prensa tiene que tener libertad para recabar informaciones y hacerlas conocer a los ciudadanos y para ello los periodistas deben acceder a las fuentes de información y a los lugares donde se registran los hechos o los acontecimientos mediante un trabajo libre de represiones, interferencia o riesgos por parte del gobierno o de otros organismos.
En Bolivia el tránsito de la libertad de prensa no ha sido sencillo, porque en diferentes momentos de su historia, la represión contra los periodistas y medios ha sido feroz, particularmente en la dictadura militar, que costó la vida, la persecución y el exilio a centenares de periodistas.
No se puede negar que los riesgos en los gobiernos democráticos no desaparecen y se pueden expresar con ribetes autoritarios, con planes e intereses partidarios, electoralistas y otros que pretenden imponer presiones o intimidaciones. No hay duda, democracia y libertad son conceptos y práctica unidas y para mantenerlas se necesita convencimiento y responsabilidad de parte de los periodistas.
con un contenido similar ampliado a los sucesos de la TV, sus protagonistas y autores.en homenaje a los fundadores de la Federación de Trabajadores en Radio y TV, especialmente al malogrado compañero Hugo Sánchez Careaga y al primer Directorio elegido en el Congreso de 1963 (La Paz, Bolivia) Victor Aguilar Dorado, Mario Castro, Jerjes Justiniano, Alfonso Rojas, Gladys Ferrufino, Antonio Torrico, y a todos los fundadores de la Federación de Trabajadores de Radio y TV de Bolivia
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