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lunes, 20 de agosto de 2012

como diría Dante Pino "los muchachos de Evo están nerviosos" se pudieron en actividad, ya, le echamos la culpa al cura Gramunt y asunto concluído, "jamás hubo ofensa a los cambas" y ahí está el cuento según Juan Leon Cornejo


Parece nomás que el Jefazo los tiene de un ala.  Y está enojado. Sus ministros salieron como rayo a aclarar lo que dijo, pues  parece que no dijo lo quería decir cuando dijo lo que dijo. Sobre todo porque a las gentes de Santa Cruz no les gustó lo que entendieron que dijo, aunque se les diga que no lo dijo.  Y la cosa es grave.  Sobre todo en estos tiempos  en que el Jefazo está haciendo buena letra para que lo dejen hacer todo lo que dijo que tiene que hacer hasta el 2025. Aunque falta todavía mucho para el 2014, dirán, el asunto es que el tiempo pasa volando cuando uno está arriba y se le está acabando. Cuando se está abajo, nunca llega, ¿nové?.

La cuestión es que uno de sus ministros cargó con toda su artillería contra los que dijeron que el Jefazo dijo lo que dicen que no dijo.  “Calumnian”, les dijo,  tergiversan “de manera premeditada, alevosa, cobarde, inescrupulosa, anti ética”. Le faltó antitetánica, para completar la rima, cuando anunció “querella criminal”, porque “hay que sentar este precedente” pues “tiene que haber una sanción drástica para quienes mienten, pretenden manipular la conciencia, el ánimo y los sentimiento del pueblo”. Todo eso les dijo.  ¿Cómo será eso de “manipular la conciencia y el ánimo?”.  Peligroso debe ser que te las revuelvan y te las dejen contra flecha,  ¿nové?.

También la ministra salió lanza en ristre, con armadura, yelmo y coraza, como los cruzados. Y acusó a sus colegas  de “distorsionar” de manera “sistemática” todo lo que dicen las gentes del gobierno pues reproducen sus declaraciones con sentido “malicioso, tendencioso y provocador” y tienen “una actitud muy perversa” porque no rectifican cuando se equivocan. Grave pecado ese de no rectificar, ¿nové?.
La cosa es que cuesta creer que los colegas que dicen que el Jefazo dijo lo que dijo,  que  el Jefazo que dicen también otros medios que dijo lo que dijo, y que los ministros que dicen que no dijo lo que dijo hayan dicho todo lo que dicen que se dijo  de puro chantas nomás.  Entre tantos dimes y diretes, alguito de razón deben tener. La cuestión es por qué los que dicen que no dijo dicen lo que dicen.
A veces hay mucho trecho entre el decir y el entender. Es que no todo depende de cómo se usen las palabras, sino también de cómo se las entienda.  Y  en tiempos de cambio, de  cómo se las quiere entender, también.  Por eso... a boca cerrada no entran moscas, ¿nové?.   Es que la Agencia, que las pasó muchas y difíciles en tantos años y ante tantos gobiernos y desgobiernos,  no anda  como pato. Creo nomás, de puro ingenuo tal vez, que más bien le quieren cobrar platos rotos en pleito ajeno.  Que la cuestión es que algunos dicen “yo no fui” y otros quieren probar quién es mejor y más macho para “desfacer entuertos”, como decía don Quijote.  O  como Sancho,  cuando estamos en carrera.

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