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viernes, 2 de agosto de 2013

Bajo el Penoco está inspirado. Atributos tienen los "censores" que por arte de magia hacen desaparecer a cientos de miles de un plumazo...

Ni Batman, ni Superman o el Hombre Araña son capaces de hacer lo que consiguen nuestros sacrificados líderes bolivianos. Hacer desaparecer casi medio millón de habitantes sin recurrir a un terremoto o un cataclismo es como para ubicarles una estrella en Hollywood o en el paseo de la fama de los superhéroes mundiales. Esos trucos de magia son dignos de Houdini o David Copperfield y ni siquiera al mago de las computadoras y el espionaje, Edward Snowden se le ocurriría poner en práctica un acto de ilusionismo como éste. A nivel general, todos se preguntan qué ha pasado con esa gente “desaparecida” y en el mundo comenzarán a cuestionar qué pasó con los millones de indígenas que en el Censo del 2002 confesaron su pertenencia a una de las 36 etnias nacionales, hasta conformar más del 60 por ciento de la población y ahora resulta que ese número se ha encogido al 31 por ciento. ¿Cambiaron de opinión? ¿Se dieron cuenta que identificarse como indígena solo beneficia al presidente que viaja por todo el mundo en su avión? ¿Qué ha pasado con la descolonización? ¿Produjo resultados totalmente opuestos hasta convertir a la mayoría en mestizos?  ¿Qué ha pasado con las políticas indigenistas de toda una década? ¿Nunca se dieron cuenta de esta diferencia?

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