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jueves, 19 de septiembre de 2013

muchos se preguntan, cómo es el reparto del producto que recaudan entidades como alcaldías, gobernaciones, estado en cuanto al apoyo que brindan o deben brindar a sus colectivos. una respuesta la encontramos en un ejemplo tomado de la Comuna de Gotemburgo, Suecia

Subsidio a la actividad cultural
Mauricio Aira

La Asociación de Pintores en Acuarela recibe un promedio de 120 mil koronas suecas (del mismo valor internacionales que los bolivianos) desde hace 21 años de la Comuna de Gotemburgo por sus actividades culturales y las exposiciones que lleva a cabo en distintas poblaciones de la región. Otro tanto sucede con algunos cientos de organizaciones culturales de este tipo. Sin embargo, el subsidio no sería posible sin los siguientes antecedentes previos.

La organización que llamaremos APA, tiene 25 miembros que cotizan 50 bolivianos por mes. Con su antiguedad probada, cumple con los demás requisitos para el beneficio. Un directorio elegido por el sistema democrático que permite la rotación de sus miembros en el liderazgo, realiza reuniones periódicas, cuenta con un local propio (domicilio legal permanente), brinda un informe anual con el movimiento económico de la gestión aprobado, y lleva sus actas ordenadamente. En el caso particular de APA cuenta con una suborganización denominada Pintores Especiales (se refiere a mutilados que pintan con los pies o con los labios) a los que incorpora en el beneficio.

APA recauda alrededor de 40 mil kr. por año gracias al aporte personal de sus afiliados, a la venta de sus acuarelas en las exposiciones que realiza y al sorteo anual entre los simpatizantes de APA de una lotería en base a las acuarelas mejor calificadas. Cuando APA envía a la Comuna de Gotemburgo su informe y estado financiero adjunta la cuenta corriente bancaria en la que deposita el monto de la subvención anual durante el mes de agosto.

De este modo, reparte la Alcaldía, los impuestos individuales que en algunos casos llega hasta el 50% del salario deducible de las planillas de pago que presentan las empresas establecidas en la jurisdicción municipal y que cada ciudadano declara una vez por año ante Impuestos Internos.

La explicación viene al caso, por cuanto hemos conocido que los ciudadanos Gastón Cornejo y Hugo Bilbao La Vieja, han presentado un invalorable listado de los proyectos culturales pendientes de ejecución en la ciudad de Cochabamba y que no cuentan con financiamiento. Se dirá que Bolivia no es Suecia y que los impuestos son muchísimo más chicos, aunque podríamos replicar que tomando en cuenta el IHN (proveniente de los hidrocarburos) se podría intentar un reparto aproximado quizá no en la proporción de 2 a 10, talvez de 4 a 10 (40% de financiamiento propio por cada Asociación y 60% por la Comuna)

En todo caso "soñar no cuesta nada" y el modelo expuesto podría funcionar en comunas más pequeñas donde no existen más de 20 asociaciones culturales, deportivas, sociales que funcionan bajo el régimen democrático, de control popular y para fines de utilidad colectiva.


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