El patinazo diplomático plurinacional
El matemático, sociólogo, político, financista, poeta y socio honorífico del selecto Katari Club se identificó –al “tomar el cielo por asalto”– con la Revolución Francesa (la de la burguesía europea), no con la Revolución Rusa (la del proletariado mundial). La Revolución Francesa es más ‘chic’. Después de leer 25.000 libros se arrogó a sí mismo el papel de Robespierre, le otorgó al capitán Quintana el papel de Fouché y a David Choquehuanca, el de Talleyrand. El invento no funcionó.
Quintana prefirió ser Sun Tzu (el estratega chino de la CAMC) y Choquehuanca renunció a ser Talleyrand, porque el cínico diplomático francés no creía que las piedras tuvieran sexo y que el tiempo “avanzara” hacia atrás como los relojes aimaras. Destituido Choquehuanca, su discípulo y sucesor, Fernando Huanacuni, ha empezado a cometer errores que su maestro no cometió. Por no consultar a los yatiris de la coca, firmó un precipitado documento de “apoyo incondicional” al Gobierno de Maduro, sin entender que los golpistas del Tribunal Supremo de Justicia eran partidarios de Maduro.
O sea, apoyó el autogolpe de sus cumpas chéveres.
El artista del ‘pop art’ norteamericano, Andy Warhol, es célebre por sus grabados y retratos, pero lo es más por un aforismo: “In the future, everyone will be famous for fifteen minutes” (En el futuro, cada individuo será famoso durante 15 minutos) que muchos simplifican así: “Todos tenemos derecho a 15 minutos de gloria”. Al parecer, Huanacuni ha consumido los suyos al emitir su comunicado de “solidaridad y apoyo incondicional (sic) del Gobierno y del pueblo boliviano (sic) al Gobierno venezolano de Nicolás Maduro”, inmediatamente después de producirse el golpe del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela contra la Asamblea Nacional.
Muy grande debió de ser la sorpresa del ministro Huanacuni al saber – después de “meterle nomás”– que la fiscal chavista, Luisa Ortega Díaz, condenaba el golpe chavista del presidente chavista, que sigue oyendo el trinar de un “pajarito chiquitico”. Y más grande aún su desconcierto, al enterarse de que el propio Maduro había anulado su autogolpe, debido al repudio unánime de los gobiernos democráticos de Occidente. Ningún otro país afín al chavismo (Cuba, Ecuador, Nicaragua) apoyó pública e incondicionalmente el autogolpe inmaduro del presidente Maduro.
Es posible que, cuando se publique este comentario, el canciller Huanacuni ya esté en Suiza, defendiendo dizque (en la oficina ginebrina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU) a los bolivianos maltratados en Chile por la Policía chilena. ¿Es necesario que el ministro se desplace a Suiza? ¿Para qué está, entonces, la embajadora Nardi Suxo, en Ginebra? ¿Cuánto cuesta el chistecito del viaje? // Madrid, 07.04.2017.
Quintana prefirió ser Sun Tzu (el estratega chino de la CAMC) y Choquehuanca renunció a ser Talleyrand, porque el cínico diplomático francés no creía que las piedras tuvieran sexo y que el tiempo “avanzara” hacia atrás como los relojes aimaras. Destituido Choquehuanca, su discípulo y sucesor, Fernando Huanacuni, ha empezado a cometer errores que su maestro no cometió. Por no consultar a los yatiris de la coca, firmó un precipitado documento de “apoyo incondicional” al Gobierno de Maduro, sin entender que los golpistas del Tribunal Supremo de Justicia eran partidarios de Maduro.
O sea, apoyó el autogolpe de sus cumpas chéveres.
El artista del ‘pop art’ norteamericano, Andy Warhol, es célebre por sus grabados y retratos, pero lo es más por un aforismo: “In the future, everyone will be famous for fifteen minutes” (En el futuro, cada individuo será famoso durante 15 minutos) que muchos simplifican así: “Todos tenemos derecho a 15 minutos de gloria”. Al parecer, Huanacuni ha consumido los suyos al emitir su comunicado de “solidaridad y apoyo incondicional (sic) del Gobierno y del pueblo boliviano (sic) al Gobierno venezolano de Nicolás Maduro”, inmediatamente después de producirse el golpe del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela contra la Asamblea Nacional.
Muy grande debió de ser la sorpresa del ministro Huanacuni al saber – después de “meterle nomás”– que la fiscal chavista, Luisa Ortega Díaz, condenaba el golpe chavista del presidente chavista, que sigue oyendo el trinar de un “pajarito chiquitico”. Y más grande aún su desconcierto, al enterarse de que el propio Maduro había anulado su autogolpe, debido al repudio unánime de los gobiernos democráticos de Occidente. Ningún otro país afín al chavismo (Cuba, Ecuador, Nicaragua) apoyó pública e incondicionalmente el autogolpe inmaduro del presidente Maduro.
Es posible que, cuando se publique este comentario, el canciller Huanacuni ya esté en Suiza, defendiendo dizque (en la oficina ginebrina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU) a los bolivianos maltratados en Chile por la Policía chilena. ¿Es necesario que el ministro se desplace a Suiza? ¿Para qué está, entonces, la embajadora Nardi Suxo, en Ginebra? ¿Cuánto cuesta el chistecito del viaje? // Madrid, 07.04.2017.
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