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sábado, 10 de diciembre de 2011

Guillermo Capobianco acierta cien por ciento "el estado corporativo despilfarrador" añadiríamos irresponsablemente populista y autócrata


La cumbre social convocada por el Gobierno del Estado Plurinacional debiera patentarse en un registro universal como ‘creación’ del Lic. García Linera por echar por  tierra la validez de  los contenidos  clásicos de la sociología moderna  y de la ciencia política. Es la nueva versión del Estado corporativo que tuvo gran auge  en la Europa  del siglo pasado durante las décadas previas  al estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El surgimiento de los caudillos populistas que pretenden ‘encarnar’ no solo la totalidad de las virtudes del pueblo soberano, sino también de sus instrumentos de representación institucional de intermediación  entre la sociedad y el Estado. ¡Un solo  país, un solo Estado plurinacional, un solo líder!
En el caso de Bolivia, desaparece el concepto de Nación, pues existen 36 y dos de entre ellas son las llamadas por la historia  a ser mayoría y hegemonía a la vez. Todas las demás son  naciones ‘subordinadas’.
Esa burda percepción se puso de manifiesto  con la crisis del Tipnis y la represión desmedida a la marcha de ciudadanos originarios dueños de tierra y territorio establecidos en la Constitución Política del Estado.
La ‘cumbre social’ convocada por el presidente Evo Morales será tal vez  un instrumento para la legitimación de la acción política del Órgano Ejecutivo que absorbió las funciones y representación de todos los órganos del Estado y se acogerá bajo el manto protector del ‘padre espiritual’ que gobernará, según su creencia, “obedeciendo al pueblo”.
La sensibilidad del pueblo ‘excluido’, la clase media urbana, empresarial, profesional, estudiantes, emprendedores independientes y las naciones originarias marginadas, les pone en alerta ante la posibilidad de la reversión de la ley corta de protección al Tipnis, de la suspensión de un solo golpe, como aconseja Maquiavelo, de la subvención al diésel y la gasolina y otras medidas draconianas. Las medidas podrían tomarse bajo el eslogan de gobernar ‘obedeciendo’ al pueblo, vale decir a la ‘cumbre social’ y con el beneplácito de organismos clave del llamado ‘Imperio’ como la Cepal y otros.
La ‘cumbre social’ no tiene en este momento un equilibrio de poder, las potenciales bases del poder social, ciudadano, económico y político críticos al modelo, están bajo la amenaza del Órgano Judicial, de los fiscales de toda materia y el temor de la etiqueta de ser tildados  de la derecha y enemigos del “proceso de cambio”.
El presidente Evo Morales, su entorno político de aduladores y su partido están en la disyuntiva de tomar las medidas antipopulares y arremeter con la fuerza represiva policial o militar, o dar un giro hacia  la racionalidad, hacia la democracia activa y protagónica con el conjunto de las expresiones y actores de la sociedad boliviana.
En el vértice supremo de la pirámide política está el ‘padre espiritual’ de las naciones originarias y jefe de las seis federaciones de cocaleros de Chapare.

(*) Periodista memocapobianco@gmail.com

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