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martes, 24 de julio de 2012

seguido de Los Tiempos, El Deber de SC se ocupa de la reunión de ULAN los "periodistas oficiales que escriben por paga para los gobiernos autoritarios)


En medio de sonados escándalos que se han vuelto parte de lo cotidiano en el país y que ocupan los principales espacios informativos, como el de la profunda corrupción que afecta a YPFB y el apogeo alcanzado por el narcotráfico y sus conexiones con grupos mafiosos que operan en el exterior -como lo han desvelado organismos y publicaciones internacionales- el Gobierno ha vuelto a lanzar sus dardos contra uno de sus blancos predilectos: los medios de comunicación. Luego de la masiva y espontánea respuesta que tuvo la concentración ciudadana en defensa de la democracia y la autonomía convocada por la Gobernación de Santa Cruz, el presidente Evo Morales cree que ‘algunos’ medios de comunicación apoyan las movilizaciones de sus ‘enemigos’, tal como desaprensivamente considera a sus adversarios en la arena política. ‘Enemigos’, ni siquiera adversarios. En medio de la intolerancia y del irrespeto por el disenso, la calificación de ‘enemigo’ incluso podría alcanzar al ciudadano común que piensa diferente.
En sintonía con S.E., el vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, acusó de ‘golpistas’ y de ‘inventar’ conflictos a ‘algunos’ medios de comunicación mientras que la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, sostuvo que los ‘golpes’ de estos tiempos se ‘digitan’ desde los medios de comunicación que se han convertido en las ‘vocerías políticas’ de partidos de oposición. En todo caso, el canal estatal que los bolivianos sostienen con sus impuestos y una extensa red de radios ‘comunitarias’ creada con recursos venezolanos y que funcionan en las áreas rurales del país, se han convertido en poderosos instrumentos comunicacionales del actual régimen gobernante. Ningún otro Gobierno, ni siquiera aquellos de las oscuras dictaduras, tuvo a su disposición e hizo funcionar toda una bien montada ‘vocería política’ como la que ahora tiene el llamado proceso del ‘cambio’.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) ha calificado de ‘muy peligroso’ confundir el trabajo de los medios y los bienes del Estado con los medios y los bienes de un gobierno. “Los primeros pertenecen a todos los bolivianos porque se crean, se financian y se mantienen con los impuestos y los esfuerzos de todos y deben satisfacer las necesidades y expectativas de todos”, expresó la ANP.
A propósito de los ‘golpes’ cuyo fantasma perturba el sueño del presidente Morales y de los funcionarios de su Gobierno, el vicepresidente le sigue debiendo a la opinión pública nacional una explicación más clara y completa sobre el supuesto movimiento desestabilizador contra el jefe de Estado, luego del pasado motín policial dizque conectado con la novena marcha por el Tipnis y de tener contados con los dedos a los promotores de la frustrada asonada golpista.
La amnesia oficial impide recordar y reconocer el decisivo papel que los medios de comunicación -ahora acusados de ‘golpistas’- desempeñaron en la recuperación de la democracia de las garras de la dictadura en Bolivia, ni la imagen mediática que construyeron de un diputado cocalero ahora convertido en primer mandatario.

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