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jueves, 25 de octubre de 2012

no lo dice Julio Aliaga que "desenchufar tuiter en China" le costó una merma tremenda de autoridad. tuvieron que enchufar el programa a los pocos días. Bolivia no podría hacerlo jamás!


Ni el Gobierno de Evo Morales, ni ningún otro Gobierno, pueden controlar del todo a las redes sociales, que está fuera del alcance de los hábitos autoritarios, que inevitablemente acompañan los designios del poder, en algunos países más que en otros. En el caso boliviano peor aún, porque los servidores están fuera del país, y cualquiera puede escribir desde cualquier parte. La única posibilidad sería desconectar el ingreso de la señal de alguna red (pongamos “Feisbuc” o “Tuiter”, como lo ha hecho China en el primer caso), pero el impacto sería políticamente tan fuerte, que no creo aconsejable para ningún Gobierno, inclusive más fuerte y autoritario que éste.
El espacio de las Redes Sociales es un lugar semi-público o semi-privado, según se mire. Es semi-público porque uno está entre “amigos” en las redes, gente que ha aceptado construir con uno este lugar de diálogo; es como encontrarse con los amigos en una esquina de la plaza Pérez Velasco y hablar mal contra alguien conocido, pongamos El Papa; podemos decir que El Papa es un tal por cual y nadie tiene derecho a coartarnos; o contra el árbitro del partido del domingo, que un amigo simpatizante del equipo perdedor bien podría llamarlo como se acostumbra: “este árbitro es un verdadero *? %&$”!”, y nadie debiera molestarse por eso y menos acusarnos o censurarnos, sea o no semejante cosa el árbitro. Igual con los presidentes, entre amigos y en familia, podemos opinar de ellos lo que se nos venga en gana, así estemos en medio de un sitio público y alguien nos pueda escuchar si se encuentra cerca.
Ese es el caso del “Feibuc“ o el “Tuiter”, que menciona el Vicepresidente. Somos un grupo de amigos (en el primer caso) y de seguidores (en el segundo) que estamos comentando cosas privadas en un espacio que es público. Nadie debiera angustiarse por ello, y menos censurarlo o impedirlo, eso es coartar la libertad de expresión.
Eso no quiere decir el apoyar el racismo o la discriminación que circula en las redes, como denuncia el Vicepresidente García Linera, que en este caso tiene razón (en la denuncia, no en la identificación-anotación). Hay que defender la libertad de expresión, pero también hay que reconocer que existen personas que debieran callarse, autocontrolarse. Hay insultos y cosas que se dicen que no debiéramos permitir, que infringen las normas de la convivencia, pero que dependen más de la educación que de la represión. Los ciudadanos debiéramos denunciar racismo, discriminación, búsqueda sistemática de desprestigio contra cualquiera, a las propias redes que tienen sus sistemas de control y actúan en consecuencia a lo que tienen establecido en este sentido.

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