Columnista de nuestro entrañable diario cooperativista OPINIÓN, donde se privilegia la libertad de palabra y de conciencia, tengo a bien elevar una nota de felicitación al director del periódico Los Tiempos, quien en su editorial de fecha domingo 18 del presente titulado Comités de Defensa, expresa con firmeza y valentía su pensamiento crítico.
A propósito de la declaración del Comandante en Jefe de las FFAA sobre la creación de Comités de Defensa Patriótica con organizaciones sociales con quienes se establecerá una alianza estratégica hasta fines del presente año para enfrentar a las amenazas internas (?) y para garantizar el Proceso de Cambio.
El editorialista critica los riesgos de tal alianza y la eventual desviación de las FFAA de su función y objetivos constitucionales, tales como la segura creación de grupos paramilitares de inicua memoria en nuestra historia nacional.
Recuerda que la CPE y sus instrumentos legales organizativos y funcionales dan a las FFAA una misión específica, la más importante en la Carta Magna, defender el honor y la soberanía nacional, garantizar la estabilidad del gobierno legalmente elegido y participar en el desarrollo integral del país; institución de estructura vertical, es obediente y no delibera, y sobre todo, no realiza ninguna acción política partidaria. Para ella está reservado el monopolio del uso de armas, la prohibición de aceptar grupos civiles paramilitares, también la deliberación política ideológica. Es decir, a las FFAA no les está permitido intervenir en ningún proceso ideológico de cambio; sólo garantizar la CPE. Estas máximas constitucionales las asumí desde la infancia y en forma patética con los repetidos golpes de Estado, los colgamientos del 46, la guerra civil del 49, las nuevas FFAA del MNR, Curahuara, Barrientos, Bánzer, García Meza, hasta el ingreso a la democracia.
El 2006 aprendí, al inicio de mi función parlamentaria el evento relacionado en contexto que me impresionó sensiblemente. Ingresó en la Agenda Legislativa una Petición de Informe Oral dirigida a la entonces Ministro de Gobierno por parte de los senadores de Pando, inculpándola de violencia contra los DDHH de civiles de aquel departamento. Cinco senadores de la oposición le exigieron respuestas puntuales a un listado de preguntas capciosas, la presionaron con selectiva maldad en su oratoria y en su argumentación; mucho antes de las respuestas tenían aprobada la interpelación, la que otrora significaba renuncia al cargo. La ministro se defendió con firmeza, liquidó toda argumentación mostrando con films y documentación testimonial, que desde la Prefectura, opositora de entonces, en combinación con elementos de la Policía y del Ejército de Pando, se había creado grupos “paramilitares” mediante entrenamiento físico y militar continuo. Parece que estas fuerzas ilegales actuaron en “El Porvenir”, hirieron y asesinaron a indígenas originarios que reclamaban derechos; seguramente, muchos eran del TIPNIS, los perseguidos del presente.
Las pruebas evidentes callaron a los interpeladores. Yo aplaudí a rabiar cuando el Presidente, aprobada la interpelación a su ministro (entonces tenían mayoría), la vetó correctamente y expresó en una admonición política genial ¡Aquel ministro que no es interpelado sale del gabinete! En ese tiempo, esa expresión no era autoritarismo, sino justicia pura y claridad política. Ese fue el Evo Morales de la gestión 2006-2009 en la que tuve el honor de colaborarle.
con un contenido similar ampliado a los sucesos de la TV, sus protagonistas y autores.en homenaje a los fundadores de la Federación de Trabajadores en Radio y TV, especialmente al malogrado compañero Hugo Sánchez Careaga y al primer Directorio elegido en el Congreso de 1963 (La Paz, Bolivia) Victor Aguilar Dorado, Mario Castro, Jerjes Justiniano, Alfonso Rojas, Gladys Ferrufino, Antonio Torrico, y a todos los fundadores de la Federación de Trabajadores de Radio y TV de Bolivia
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