TITO
HOZ DE VILA QUIROGA
Conocí a Tito
Hoz de Vila padre en Sacaba, muy pequeño aún, cuando él me llevaba en la barra
de su bicicleta por los senderos de Chimboco a Huayllani, por la rinconada entre
alfalfares, sauces y estanques virginales. Era un joven de relación sencilla y empatía
atractiva para un párvulo amante de la aventura y del bucólico ambiente.
Más tarde supe
de Tito hijo, joven senador de la Cámara Junior, enseñaba el debate
parlamentario y bailaba Caporales con fruición de artista. Él extremó su
preferencia por la política liberal, en cambio yo preferí desde Chile la
izquierda socialista.
Nos encontramos
en bancadas contrarias a fines del 2005. Senador de PODEMOS, el suscrito Senador
del MAS. Juramos en par, Tito con la señal de la cruz en la mano, yo con la
diestra sobre el corazón, ante una biblia y una cruz que luego desaparecieron
del escenario legislativo.
Luego, el
aturdimiento ante el discurso del mandatario que denigraba su actuar político
en toda tribuna y ante cualquier público. Asumí todas las afirmaciones hasta
que fui miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del H. Senado presidida
por el Senador Hoz de Vila. Él me convocaba personalmente y con mucho respeto valoraba
mi opinión sobre cualquier tema parlamentario.
Trabajamos juntos
la Agenda de los 13 puntos. Tanto en La Paz como en Santiago, con los pares
chilenos, privilegiamos la dignidad nacional y los derechos marítimos. Ante la
presidente Bachelett, acompañados por el Cónsul de Chile Roberto Ibarra, ante los
senadores chilenos, manifestamos con firmeza la necesaria presencia soberana de
Bolivia en el Pacífico. Fuimos consecuentes hasta en los mínimos detalles y ahí
comulgamos Patria a pesar de las diferencias ideológicas. Tito descubrió el
contrabando de droga concertado entre la DEA y la CIA y me alertó para prevenir
problemas personales.
Cuando oficiamos
de jueces en los dos Juicios de Responsabilidad que el oficialismo instauró
contra dos inocentes, los Magistrados Rosario Canedo y Eddy Fernández,
intercambiamos criterios jurídicos y nos pronunciamos contra el sectarismo y la
injusticia; nuestras opiniones ganaron la inquina del oficialismo. Qué decir cuando descubrimos la corrupción del
proyecto carretero que dividía el TIPNIS, a construir entre ABC y OAS cuyo dueño Odebrech está preso
en el Brasil.
En La Paz
constaté el afecto agradecido de los artistas de la Filarmónica por haber
recibido generosamente el Teatro de Conciertos; también su obra de restauración
de la Capilla Sixtina de Curahuara a la cual dedicaba todo su afecto. Su
trabajo fue selecto en el Legislativo muy bien asesorado por el Dr. Loayza
experto en diplomacia exterior. Su presidencia en el Comité de Relaciones fue
impecable, vigilaba señorío, respetuosidad y diálogo en todo nombramiento
diplomático. Viajamos juntos en comisiones importantes para investigar y
colaborar a los emigrantes bolivianos en España logrando indudables beneficios.
Tenía gran predicamento y prestigio en el Cuerpo Diplomático.
Yo continué con
mi posición socialista y él neoliberal sin embargo el marco de respeto fue
nuestro horizonte en el actuar político. Por ello, lleno de pesar ante su
ausencia definitiva le rindo el más ferviente homenaje; al político experto, al
leal amigo y gran patriota, excepcional boliviano y honesto Senador, aquel que
más admiré y aprecié por sus valores humanos intrínsecos, hasta la despedida
final.
Tito Hoz de Vila.
¡Bolivia te saluda y aplaude tu señorío!
Gastón
Cornejo Bascopé
Cochabamba,
agosto 2015
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