Vistas de página en total

lunes, 10 de agosto de 2015

Ivan Arias se sincera trata el tema Los Periodistas y el Silencio y enumera 6 situaciones que el periodista vive hoy, bastante distintas a las de ayer...ilustrativo y abierto. para el debate, claro

Cada día más, los espacios de periodismo independiente y contestatario se están cerrando, o mejor dicho, están siendo forzados a cerrarse bajo el chantaje económico que viene con la publicidad. Las voces e imágenes que ayudan y apoyan la reproducción del poder están en franco avasallamiento y acallamiento de la disidencia. La pregunta que todos se hacen es: y ahora, ¿cuál será el próximo? Los gremios, antes aguerridos y combativos, hoy están callados y tomados por el poder. Brillan por su silencio o por esporádicos comunicados que, al final, no dicen nada. A propósito me he preguntado, ¿cómo deberíamos entender el rol del periodista en este siglo XXI? ¿Qué está pasando, más allá de la coyuntura política? ¿Qué se hace bien, qué se hace mal?
En enero del año pasado, el periódico El País de España rindió un homenaje póstumo al periodista, ensayista, fotógrafo y escritor polaco Ryszard Kapuscinski, considerado uno de los mejores reporteros del mundo. El desaparecido maestro de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada por Gabriel García Márquez, colaboró en medios como Time, The New York Times, El País, La Jornada y Frankfurter Allgemeine Zeitung. En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por  su  “preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje”. Murió el 23 de enero de 2007. Estas son algunas de las lecciones, extraídas de varias entrevistas, que dejó Kapuscinski:
  1. El Mundo le preguntó: ¿Cómo debe ser el periodista del siglo XXI? El maestro respondió: “Se diferencia del siglo XX en el sentido técnico. Antes el periodista, cuando se iba a una guerra, tenía libertad para moverse. Dependía mucho de su talento, de su validez. Ahora, como tenemos teléfonos móviles o internet, el jefe de redacción sabe mucho más lo que está pasando. El periodista destacado en un lugar sabe lo que ve, mientras que el jefe, que está en Madrid o Roma, tiene la información de varias fuentes. Al final, el periodista, en vez de llevar a cabo sus investigaciones, se dedica a confirmar lo que el jefe le pide desde la redacción. El sentido del trabajo ha cambiado mucho.
  1. “Antes, los periodistas eran un grupo muy reducido, se les valoraba. Ahora, el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica ha creado una nueva clase de periodista. En EEUU les llaman media worker. Los periodistas al estilo clásico son ahora una minoría. La mayoría no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro. Este tipo de periodistas no tiene problemas éticos ni profesionales, ya no se hace preguntas. Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos media workers cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio… No se identifican con su profesión”. (El País).
  1. “El verdadero periodismo es intencional… Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio. El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia. La noticia debe servir para aumentar el conocimiento del otro, el respeto del otro. Las guerras siempre empiezan mucho antes de que se oiga el primer disparo, comienza con un cambio del vocabulario en los medios. En los Balcanes se pudo ver claramente cómo se estaba cocinando el conflicto”. (El País).
  1. “Esta es una profesión muy exigente. Todas lo son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella 24 horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Éste es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo. O, al menos, de hacerlo de un modo perfecto”. (En Los cínicos no sirven para este oficio)
  1. “Hay profesiones para las que, normalmente, se va a la universidad, se obtiene un diploma y ahí se acaba el estudio. Durante el resto de la vida se debe, simplemente, administrar lo que se ha aprendido. En el periodismo, en cambio, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente”. (En Los cínicos no sirven para este oficio).
  1. “Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se denomina ‘empatía’. Mediante la empatía se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás” (en Los cínicos no sirven para este oficio).

1 comentario:

  1. Muy buena descripción del trabajo realizado por un periodista, con la salvedad de que los profesionales de otras áreas tambien se actualizan y capacitan permanentemente para seguir en un mundo dinámico y competitivo del conocimiento. Por lo tanto, no solo los periodistas se actualizan sino todos los que ejercen un profesión.

    ResponderEliminar