"La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas".
De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad…", señalaba Joseph Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania nacionalsocialista, figura clave en el régimen y amigo íntimo de Adolfo Hitler.
Este concepto, explicado en "Los 11 Principios de la Propaganda", es muy bien aplicado por el par del alemán nazi, el ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana, quien sigue al pie de la letra las enseñanzas propagandísticas expuestos por Goebbels.
En la Alemania nazi, que mató a más de 6 millones de judíos, el Ministerio de Propaganda, dirigido por esta persona, tomó el control de todas las formas de comunicación: periódicos, revistas, libros, reuniones públicas y mítines, el arte, la música, las películas y la radio. Los puntos de vista que de algún modo amenazaran las creencias nazis o el régimen eran censurados o eliminados de todos los medios.
Desde la posesión de Juan Ramón Quintana en el régimen Evista, su tarea no ha sido otra que emular las doctrinas del principal orador del Tercer Reich. Los encendidos discursos de Quintana, como el recordado contra el ex prefecto Leopoldo Fernández cuando lo condenó a ser ‘comida de gusanos’, además de su incesante trabajo para censurar los medios de comunicación y direccionar la información, lo comprueban.
Entre los 11 principios de comunicación aprendidos por Quintana y aplicados en la estrategia comunicativa por casi todos los partidos políticos socialistas del mundo resalta como primer punto, el principio de simplificación del enemigo único. “Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo”. En el caso de Bolivia, la oposición y los líderes cívicos y regionales.
Como segundo punto señala el principio del método de contagio. “Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada”. Para el gobierno del MAS, todos sus opositores son de derecha y los ha puesto en una sola bolsa llamada neoliberal, aunque el mismo gobierno de Evo sigue esta línea.
El Partido Nacional Socialista Alemán enseña en su tercer principio de la transposición a cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan", decía la mano derecha de Hitler. Este principio en particular es el más aplicado por el masismo. Cuando las denuncias de corrupción, atropellos y abusos asfixian al régimen de Evo Morales, sale con el tiro por la culata para despistar a la perdiz.
En el cuarto principio de Goebbels, de la exageración y desfiguración, manifiesta que “hay que convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave”. Así lo hace el MAS, cuando acusa de separatista y antipatriotas a los opositores.
Otro punto clave es el principio de la vulgarización. "Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar". De ahí la estrategia de Evo Morales y su ministro ideólogo Quintana, de atrapar a los indígenas y campesinos, y adoctrinarlos al régimen.
En el principio de orquestación de los nazis, indica que "la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas". De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad".
Por eso no es raro ver en los medios estatales el mismo discurso en reiteradas ocasiones. Por ejemplo, desde hace un par de días los medios de comunicación manejados por el MAS replican y replican un reportaje montado por el gobierno bajo la dirección cinematográfica de Juan Ramón Quintana, donde acusa de terroristas y separatistas a un gran número de cruceños. El video es transmitido mañana, tarde y noche. El discurso es repetido en cuanta oportunidad sea posible por las autoridades del régimen, todo con la única finalidad de que el pueblo se crea la mentira, siendo que la real verdad es que van más de 4 años del caso y la justicia hasta ahora puede probar algo, y menos dar sentencia.
Pero los principios nazis adoptados por el MAS siguen, como el punto 7, de renovación. “Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones”. De ahí que todo el tiempo están las marionetas del sistema político masista hablando de todo y nada, a toda hora.
El principio 9, de la silenciación, fue muy utilizado por los nazis y ahora recopilado por el gobierno, se sostiene en “acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines”. Por ello, cuando un fallo favorece a la oposición, inmediatamente los medios estatales desvirtúan la información.
El principal principio nazi utilizado desde antes que asuma el gobierno de Evo Morales, es el de la transfusión. “Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas”.
Los discursos de los “500 años”, del “odio entre cambas y collas”, de “discriminación”, de “servidumbre”, de “complot” y muchos más que utilizaba Evo Morales, no es otra cosa que la implementación de la ideología de Hitler a la hora de poner a una clase social contra otra, moviendo el sentimiento de odio entre personas. Así llegó a la Presidencia.
Finalmente, Goebbels llega al principio 11, de la unanimidad. “Llegar a convencer a mucha gente que piensa ‘como todo el mundo’, creando una falsa impresión de unanimidad". Es sencillamente lo que el MAS hace, al tratar de unir a los pueblos indígenas, implantarles la ideología masista y hacer creer que todos piensan igual, y quien tiene una idea diferente, es marcado y sentenciado a los nuevos campos de concentración creados por este gobierno, que en este caso son la cárcel o el exilio.
A todo lo explicado hay que agregarle dos cosas: Joseph Goebbels fue conocido en el mundo como el “maestro de la mentira”, la hizo una herramienta eficaz para los objetivos del nazismo; durante la caída de Alemania, Goebbels siguió haciendo creer al pueblo que la victoria llegaría finalmente.
En el caso de Quintana, es un exoficial del Ejército en distintas funciones. Lleva adelante el Programa de Investigaciones Estratégicas en Bolivia, PIEB, financiado por la embajada norteamericana. Fue director de la Unidad de Análisis de Políticas de Defensa, Ministerio de Defensa Nacional; es miembro de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), una organización financiada por el gobierno de Washington, es un miembro asociado de la RED RESDAL (RED de Seguridad y Defensa de América Latina, esencialmente financiada por la Fundación Nacional (EEUU) para la Democracia o National Endowment for Democracy, una organización inseparable de USAID y del gobierno Bush. Y pese a todo esto, quiere hacer creer a la población boliviana que la cooperación estadounidense es mala y conspirativa, siendo que su persona se aprovecha muy bien de ella.
En su currículum político sobresalen los camiones de contrabando y la articulación de la matanza del Porvenir. Las enseñanzas propagandísticas del nazi Goebbels, quien terminó suicidándose, han sido tan bien aplicadas por Quintana que hoy lo tienen como uno de los hombres fuertes del MAS, inseparable de Evo Morales, pese a que en el pasado trabajó con el MNR y ayudó a vender las empresas estatales a Goni en la llamada privatización.
*Perseguido político
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